Por Lorena Olivares, periodista Chicureo Hoy.
El domingo 13 de diciembre es un día que M. F. A, difícilmente olvidará, esa noche ella y su hijo fueron víctimas de un violento asalto, el cual la llevó a tomar la decisión de cambiarse de casa debido al temor con el que dice vivir tras lo ocurrido.
Visiblemente afectada aún por el hecho, la dueña de casa relata, de manera exclusiva a Chicureo Hoy, que fueron minutos de terror y que por alguna razón el presentimiento de que algo malo estaba por ocurrir no la dejó en todo el día. “Cerré todo temprano el domingo en mi casa, pero estos tipos ya estaban observando y tenían una puerta lista para arrancar. Me sentí vigilada todo el día”, cuenta sentada en el living. Dice no tener noción exacta de la hora en que ocurrió, pero calcula que fue pasado las nueve de la noche, “estaba sacando los tarros de basura, mi perro empieza a ladrar y entonces sentí un miedo increíble, la oscuridad se me hizo eterna. Fue cuando escuché a mi hijo, no lo puedo olvidar, que grita “mamá están los ladrones”, relata mientras su voz se quiebra y agrega que lo único que pudo hacer en ese momento fue gritar para pedir ayuda, sin embargo fue en vano.
En total fueron tres hombres los que entraron a la casa, la que está ubicada en el sector del Alba 3 (al costado sur de la radial nororiente), quienes violentamente amenazaron a los dos moradores que estaban en ese momento, ya que el marido y el hijo mayor se encontraban trabajando. Una vez adentro, la mujer vio a su hijo que había sido golpeado en la cabeza y sangraba, “uno de ellos me tomó del pelo y me preguntó con garabatos por qué había gritado y me mechoneó hasta mi pieza”, relata.
El asalto no duró más de veinte minutos, pero presa del terror M. F. A confiesa que fueron minutos interminables y su mayor miedo venía cada vez que los delincuentes amenazaban con que iban a matar a su hijo Felipe de 21 años, quien yacía amarrado de pies y manos, tendido en la cama, “miraba el revolver con el que me apuntaban y me preguntaba si era de verdad”, señala. Mientras los otros dos asaltantes registraban la casa, ella y su hijo se quedaron con quien era el más agresivo de los tres en el dormitorio principal. Si bien el miedo se apoderó de ambos, el hijo menor logró mantener tranquila a su madre en todo momento e incluso les pidió a los ladrones calmadamente que no les hicieran daño y les ofreció el dinero de su billetera.
Pero todo terminó cuando uno de ellos volvió muy inquieto asegurando que debían irse ya que era cosa de tiempo para que los atraparan. La afectada no se explica qué pudo haber pasado para que reaccionara de esa manera, aunque dice que una razón pudo haber sido el sonido de una alarma de un reloj descompuesto, el cual en ese instante sonó causando el temor de los delincuentes.
Este es el primer asalto del cual la familia ha sido víctima pero no así en el sector del Alba 3, ya que se han registrado robos previos. “Carabineros nos comentó que Chicureo es peligroso ahora, se terminó la tranquilidad”, señala la dueña de casa y agrega que si bien su intención es irse del lugar, el tiempo que continúe viviendo lo quiere hacer tranquila por lo que se organizará con sus vecinos. CH H