Desde el 21 de diciembre, el verano domina el hemisferio sur, pero este año la temporada llegó con intensos retos producto del cambio climático.
Las estaciones, tal como las conocíamos, han cambiado significativamente, dando paso a fenómenos extremos como olas de calor, que afectan tanto al medio ambiente como a la salud física y mental de las personas.
El cambio climático está transformando los patrones climáticos tradicionales, y el verano ya no se presenta con las características de antaño.
Según la académica Rayana Palharini, del Departamento de Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), estas condiciones extremas han comenzado a crear un impacto psicológico significativo en la población.
“El calor puede provocar ansiedad, tensión emocional y agravar trastornos mentales preexistentes, afectando la calidad de vida de las personas”, explica Palharini.
En la misma línea, la académica señaló que sectores clave como la agricultura y el abastecimiento de agua también están sufriendo los impactos de estas condiciones extremas.
Consecuencias físicas y psicológicas
El calor extremo no solo genera problemas físicos, como golpes de calor y deshidratación, sino que también afecta la salud mental. Alteraciones en el sueño, pérdida de concentración y un aumento del malestar general son algunos de los síntomas que padecen millones de personas.
Este panorama refuerza la urgencia de implementar medidas adaptativas para mitigar los efectos del cambio climático.
“Es crucial transformar la manera en que diseñamos nuestras ciudades y gestionamos los recursos”, enfatizó Palharini, quien advirtió que estas acciones no solo deben enfocarse en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también en preparar a las comunidades para un futuro más incierto.
Con la llegada del verano, se abre una oportunidad para reflexionar y tomar decisiones urgentes. La adaptación al cambio climático no es un lujo, sino una necesidad que determinará la calidad de vida en un futuro marcado por estaciones menos predecibles y más desafiantes.