El 3 de octubre del 2011 se publicaron las primeras imágenes del Observatorio del Llano Chajnantor, en el desierto de Atacama. En esa ubicación a más de 5000 metros sobre el nivel del mar se encuentra ubicado ALMA (Atacama Large Millimeter Array), actualmente el telescopio más grande del mundo, que cuenta con 66 antenas de radioastronomía, que ha contribuido a la astronomía con importantísimos descubrimientos científicos.
Hallazgos muy relevantes de ALMA han sido las imágenes de discos protoplanetarios, que han permitido perfeccionar nuestros conocimientos sobre la formación de los planetas, y la identificación de moléculas vitales para la existencia de la vida. Pero su legado no se resume sólo en estos dos últimos descubrimientos, ya que ALMA ha permitido revelaciones en todos los campos de la astronomía moderna, como el estudio de asteroides y galaxias lejanas.
En la rueda de prensa con ocasión de los cinco años del observatorio Alma, el director Pierre Cox, señaló “Alma está entregando hoy lo que muchos soñaron en su concepción: resultados magníficos y sorprendentes, superando en muchas ocasiones toda expectativa”.
Desde su creación, Alma ha cooperado con la exportación espacial con la sonda espacial New Horizons de la NASA, localizando con precisión al lejano Plutón para así acercar la nave a su objetivo.
Los astrónomos están trabajando en el futuro de ALMA, y existe gran expectativa sobre las nuevas capacidades que tendrá el telescopio más potente del mundo, las cuales podrán ponerse en evidencia luego del nuevo ciclo de observaciones que comienza este mes. Sin duda, este instrumento de observación astronómica se ha transformado en uno de los mejores para estudiar el origen del universo, en lo que se ha definido como la “Génesis del amanecer cósmico”. CH H.