La noche del jueves 1 de agosto, el viento derribó dos postes del pasaje Galvarino, en el sector Las Águilas, Colina.
Han pasado nueve días y la imagen no ha cambiado. Los postes continúan sobre los techos, atravesados diagonalmente sobre el pasaje. La situación impide la circulación de vehículos y obliga a los transeúntes a agacharse para pasar. Por si fuera poco, los cables del tendido eléctrico están colgando sobre la calle, al alcance de niños y mascotas.
Los vecinos están molestos. Dicen sentirse menospreciados. Aseguran que, a más de una semana del temporal, son el único pasaje sin luz en toda Las Águilas y que el municipio todavía no se ha hecho presente.
Respecto a Enel, los vecinos dicen que recién ayer aparecieron unos funcionarios. “Sólo hicieron dos hoyos. Fue una burla”, comenta una vecina. “Vinieron, sacaron fotos y se fueron”, añade otro.
Electrodependientes
La situación se vuelve más compleja al constatar que las casas del pasaje Galvarino están habitadas mayoritariamente por gente de la tercera edad. “Hay una vecina con alzheimer”, revelan. “Sin luz se descompensa”.
Pese a ser una calle corta, el pasaje Galvarino cuenta con dos negocios, los cuales han perdido casi toda su mercadería producto de los nueve días sin suministro eléctrico. “Traté de luchar con un generador, pero ya no lo tengo. Se me echó a perder”, dice una de las comerciantes. “Ya estoy perdiendo todo lo que me queda. Ha sido difícil. No tenemos ninguna ayuda. Ninguna respuesta. Nada de nadie”, recalca.
Escasa presencia de Enel
Aparte de los dos postes desplomados, el viento debilitó otros tres postes del pasaje Galvarino, los cuales están peligrosamente ladeados y con los cimientos carcomidos, amenazando con precipitarse en cualquier momento sobre las casas.
Y, sin embargo, la propuesta de Enel para solucionar el asunto fue, a oídos de los vecinos, decepcionante. “Dijeron que sólo le iban a poner un tirante”, revelan. Lo peor es que la propuesta ni siquiera se concretó. “Dijeron que lo iban a hacer, pero no lo hicieron”.
“Nos sentimos abandonados”
Pero lo que más ha decepcionado a los vecinos es el desdén mostrado tanto por las autoridades como por la empresa eléctrica. “Es triste. Nos sentimos abandonados”, confiesan. “Aparte esto fue a fin de mes, todos se habían abastecido de carne, y todo eso se perdió”.
Los únicos gestos de bondad, aseguran, han llegado desde los vecinos de pasajes aledaños. “Los vecinos nos han ofrecido lavar, cargar celulares, y cosas así”, señalan. “Todos los vecinos se han portado súper bien. Había gente que uno ni siquiera se imaginaba, pero aquí estaban”.
