Este domingo la canciller alemana Angela Merkel ganó su cuarto período al frente del gobierno. Sin embargo, enfrenta la complicada perspectiva de incluir a dos nuevos y dispares socios en un gobierno de coalición; debido al retroceso electoral de sus conservadores y la llegada de un partido nacionalista al parlamento.
El rival de centroizquierda de Merkel, Martin Schulz, reconoció que su social demócrata habían sufrido una “aplastante derrota electoral” y según proyecciones, el partido tuvo su peor desempeño desde la Segunda Guerra Mundial.
Schulz anunció que podría sacar a su Partido Social Demócrata de Alemania de la “gran coalición” saliente de Merkel integrada por las fuerzas políticas tradicionalmente dominantes para pasarlo a la oposición.
“Tenemos el mandato de formar un nuevo gobierno, y no debe integrarse un gobierno que esté en contra nuestra”, declaró Merkel, de la Unión Demócrata Cristiana, ante simpatizantes que la aclamaron.
Dejó de ser “cuestión de rutina” terminar primero después de 12 años en el poder y los últimos cuatro fueron un “desafío extremo”, agregó.
La canciller subrayó que “vivimos tiempos tempestuosos” a nivel internacional y señaló que “tengo la intención de lograr un gobierno estable en Alemania”.
El mayor ganador en los comicios fue Alternativa para Alemania (AfD), creada hace cuatro años. Terminó en tercer lugar después de una campaña enfocada en la estridente crítica contra Merkel y su decisión en 2015 de autorizar la llegada de numerosos migrantes a Alemania, acción que también suscitó amplio descontento entre los políticos convencionales.
Alice Weidel, una dirigente del AfD, dijo que esa fuerza política asumirá una “oposición constructiva”. Pero el codirigente Alexander Gauland fue más severo al afirmar que “recuperaremos nuestro país” y se comprometió a “sacar” a Merkel.
Las proyecciones dadas a conocer por la cadena de radiodifusoras regionales ARD y la televisión pública ZDF, basadas en encuestas de salida y conteos parciales, mostraban que la Unión Demócrata Cristiana y sus aliados de la Unión Social Cristiana, que sólo existe en Baviera, habrían obtenido 33% de los sufragios, por abajo del 41,5% de hace cuatro años. Ambos captaron una de las votaciones más bajas de la posguerra.
Los socialdemócratas de Schulz habrían quedado en segundo puesto, con menos de 21% de la votación, por debajo del 25,7% obtenido en 2013.
AfD captó 13% de los sufragios, según las proyecciones. Le siguió otro de los grandes ganadores, el Partido Democrático Libre, que con 10,5% de los votos regresó al parlamento, del que estuvo ausente los últimos cuatro años.