Por Constanza Trincado, periodista Chicureo Hoy
A sus 23 años, Andrés Goycoolea ha logrado conmover a muchos con su historia de vida, la cual no ha sido fácil. Gracias a su esfuerzo y perseverancia, poco a poco ha ido cumpliendo sus metas y sueños.
Cuando nació sufrió un infarto cerebral que afectó el 25% de su cerebro. En ese minuto el diagnóstico fue muy negativo. A pesar de esto, gracias a la ayuda de su familia y colegio, Andrés pudo salir adelante con su vida.
Hace un año, se le presentó una nueva oportunidad. Un familiar lo invitó a dar una charla motivacional en un colegio en Puerto Varas. Un área desconocida para él, ya que nunca antes había hablado en público. No fue fácil, se preparó desde noviembre del año anterior practicando frente a un espejo. Esto también coincidió con un viaje de meses que hizo junto a su familia al sudeste asiático, lo que también lo ayudó a prepararse para esta nueva faceta. “El viaje me ayudó mucho, ya que fue un periodo de autodescubrimiento. Durante esos meses analicé lo que había sido mi vida, me acordé de anécdotas y logré sintetizarla”, señala Andrés a Chicureo Hoy.
La charla tuvo una muy buena acogida por el público. “Me salió muy natural y a la gente le gustó, aplaudía y estaba muy contenta”, cuenta Andrés. En ese momento, le hizo sentido todo lo que su madre, uno de los pilares fundamentales para él, le trató de decir durante toda su vida. “Cuando tenía alrededor de seis años, mi mamá me dibujó un cuadro donde salía mi cuerpo físico y mi parte espiritual. Me dijo: tú eres mucho más de lo que ves”, esa frase se me vino a la cabeza cuando vi la reacción del público al contar mi historia y me di cuenta que esto era lo mío”, señala.
Andrés salió de cuarto medio del Colegio Santa Cruz de Chicureo en 2011, lo cual fue un gran hito que marcó su vida, ya que nadie se lo esperaba. Entró a la carrera de Derecho en la Universidad de Los Andes, la que dejó a los dos años, debido a que el cambio fue muy drástico y le costó adaptarse en términos académicos. Se cambió a Historia en la misma universidad, carrera que le gustó mucho, pero generó en él una especie de crisis de identidad, ya que no sabía a qué podía dedicarse en el futuro. “Quería ir más allá”, indica.
Empezó a investigar sobre el tema de las charlas y de los grandes personajes del mundo de esta actividad, como Nick Vujicic, entre otros. Se dio cuenta que muchos de ellos habían superado dificultades físicas y transmitían sus testimonios a la gente.
Hoy se dedica a esto. En un año ha tenido la oportunidad de dar a conocer su testimonio en su universidad, en el Colegio Santa Cruz de Chicureo y en Viña. En junio se prepara para ir a Antofagasta a un colegio jesuita. “Ha sido muy bonito este proceso, porque encontré un propósito a mi vida y lo que me apasionaba. Durante mucho tiempo me pregunté del por qué de mi enfermedad y ahora sé hacia donde estoy encaminado”, afirma.
Las charlas motivacionales que dicta Andrés se basan principalmente en su testimonio de vida y a eso, les agrega algún tema en especial, el que determina de acuerdo al público al cual están dirigidas. Realiza una presentación con fotos personales y simbólicas y, a partir de eso, va contando experiencias de vida que quiere transmitir y que buscan ayudar a la gente.
Al referirse al significado que tienen estas charlas para él, Andrés muy emocionado expresa la gran felicidad que le dan estas instancias. “Me siento feliz, me conecto con el público y les transmito un mensaje. Muchas veces algunos se ponen a llorar y eso hace que me sienta contento de poder ayudar, con mi pequeñez, a alguien” afirma. Enfatiza en que esto también se lo debe a su entorno y a su familia, un pilar fundamental que lo ha ayudado a salir adelante emocionalmente y también económicamente. Reconoce y recalca que es privilegiado en ese sentido.
A futuro, Andrés espera terminar su carrera en unos tres años más, lo que sería un gran logro para él. Luego de eso, dedicarse en un 100% a dictar estas charlas motivacionales que lo llenan tanto. Se proyecta transformándose “en una especie de conferencista internacional que viaje por todo el mundo, escribiendo libros y dando charlas”. A la larga, también le gustaría tocar temas más puntuales, como la felicidad, “soñar en grande”, los obstáculos en la vida, entre otros, los cuales van más allá de su testimonio.
Sin embargo, sabe perfectamente que no puede dejar la universidad de lado. Cuenta que en ese sentido es muy responsable. Si tiene una prueba se prepara con un mes de anticipación y cuando tiene alguna charla agendada ocupa los fines de semana para prepararlas. Tiene claro que para llegar a cumplir su sueño, tiene que ir paso a paso. CH H