Mike Pence, el número dos del gobierno de Estados Unidos, arriba a Chile el miércoles en una gira por Centro y Sudamérica, donde se contempla Colombia, Argentina, Chile y Panamá. El vicepresidente de la administración de Donald Trump es un experimentado político republicano, de bajo perfil y conocedor del funcionamiento de la tienda que sostiene al mandatario estadounidense.
Su elección, de hecho, se basó en su cercanía ideológica con Trump, obviamente, pero también en su estilo alejado de las polémicas y por su experiencia como diputado entre 2001 y 2013 y luego como gobernador de Indiana.
Pence tiene 58 años, estudió Derecho y antes de entrar a la política fue conductor de programas radiales. Se define como un “cristiano, conservador y republicano, en ese orden”.
Pence es un defensor de los valores familiares, muy creyente, opuesto al aborto y al matrimonio homosexual, así como a los refugiados.
Como gobernador, firmó leyes para hacer más difícil el aborto en su estado. Además había sido muy criticado por otra ley sobre la “libertad religiosa”, vista por sus detractores como una forma de discriminar a las comunidades homosexual, bisexual y transexual.
Ya en la Casa Blanca, Pence se ha transformado en el nexo de Trump con la cúpula republicana, una tarea que no ha sido fácil, ante la autonomía que caracteriza al presidente y el recelo que genera su actuar en el seno del partido gobernante.
Mike Pence, abordará con las autoridades de Chile asuntos bilaterales, pero también la situación en Venezuela y la tensión entre Washington y Corea del Norte.
Fuentes oficiales han adelantado que Pence se reunirá en Santiago con la Presidenta Michelle Bachelet, el canciller Heraldo Muñoz, y con otras autoridades gubernamentales, «para reafirmar el compromiso del Presidente Trump por profundizar las sólidas y extensas relaciones bilaterales de Estados Unidos y Chile».