En el referéndum realizado la semana pasada, el 51,9% de los británicos se manifestó a favor de abandonar la Unión Europea, decisión que generó inmediatas consecuencias en el mercado económico global, ya que la libra esterlina cayó a su nivel más bajo de los últimos 31 años (1,3122 dólares). El dólar ha registrado una gran volatilidad y el cobre sufrió una fuerte baja, entre otros preocupantes datos. Este difícil escenario podría mantenerse durante un tiempo.
“Debido a la natural incertidumbre respecto del futuro comercial de las empresas que operan en Europa, este acontecimiento generó una reacción inicial negativa en los principales mercados accionarios del mundo. Por lo mismo, es esperable que haya volatilidad de los tipos de cambio en las próximas semanas y que exista algún tipo de respuesta de los gobiernos y autoridades monetarias para contener los mercados”, asegura Alejandro Vega, secretario de estudios de Ingeniería Comercial de la Universidad del Pacífico.
La medida adoptada por el Reino Unido se concretará en 2018, es decir, aún quedan dos años más para organizar el panorama y prepararse para cuando llegue el día en el que los británicos finalmente abandonen totalmente la Unión Europea.
“Es importante comprender que el Reino Unido no formaba en plenitud parte de la Unión Europea. Por ejemplo, no era parte de la zona euro, manteniendo en paralelo su propia moneda, la libra esterlina. Pero para formar parte del mercado común europeo, un espacio de libre movilidad de factores, no sólo es necesario reconocer la movilidad de los recursos exportables y del capital financiero, sino también la libre movilidad del factor trabajo, es decir, las personas, lo que fue el principal argumento del Reino Unido en contra de su continuidad en la Unión”, apunta Vega.
Según el académico de la U. del Pacífico, los efectos principales del Brexit se verán en los productos específicos que se envían a las islas británicas, los que según la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile (DIRECON) representan exportaciones anuales en torno a los 700 millones de dólares americanos. De acuerdo al ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, esto equivale al 1% de lo que Chile comercializa al resto del mundo.
“Los alimentos más afectados serán frutas como arándanos, paltas hass y uvas crimson, y en vinos principalmente serán afectados el Sauvignon Blanc, Merlot y Cabernet Sauvignon, dado el gusto británico por los vinos de ensamblaje. Estos productos requerirán de condiciones arancelarias y para arancelarias idénticas a las que proporciona el Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea (UE). De esta forma, Chile debería trabajar en la puesta en vigencia de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Reino Unido, para lo cual dos años parece un periodo razonable”, indica el economista.
“El Reino Unido cuenta con un máximo de dos años para negociar su salida de la Unión Europea, plazo en el cual continuará vigente el Acuerdo de Asociación de la UE con Chile. Por lo tanto, Chile tiene estos dos años para acordar un Tratado de Libre Comercio bilateral con el Reino Unido, o bien, continuar con el Acuerdo de Asociación de la Unión Europea con Chile debidamente adaptado”, explica Nelson Stevenson, Director de la Escuela de Administración y Gestión de la Universidad del Pacífico. CH H