Tras ser formalizado por el delito de apremios ilegítimos por haber disparado y lesionado a menores de un centro del Sename en Talcahuano en medio de un procedimiento policial, el sargento de Carabineros, John Mograve Villegas, recordó cómo ocurrieron los hechos, asegurando que en dicho contexto «temí por mi vida».
En conversación con La Tercera, el policía, quien actualmente se encuentra cumpliendo la medida cautelar de arresto domiciliario, aseguró que «solo le puedo decir que hice todo lo que estaba a mi alcance para disuadir a los jóvenes y evitar tener que usar mi arma para defenderme. Yo llevo 19 años en Carabineros y me han tocado muchas situaciones complicadas, pero nunca nada como esto».
De acuerdo a Mograve, «yo temí por mi vida y creo que estoy vivo solo gracias a mi contextura física, que me permitió correr y correr y volver a correr entre uno y otro golpe».
El carabinero señaló que «doy gracias por estar con vida y no haber sido el mártir 1.222 de carabineros. Es muy triste ver que estos adolescentes, que son los mayores del centro del Sename, que incentivan a otros ser agresivos y llevan a los más pequeños de entre 7 y 8 años a ser testigos de estas situaciones de mucha violencia (…). Me tiene muy apenado lo que pasó, porque yo conozco a estos jóvenes. Yo siempre trato de mantener una actitud amistosa y cercana con la gente, de hecho, yo muchas veces ando en la calle con dulces para regalar, especialmente porque sé lo que sufren los niños de la calle. Yo no vengo de una familia en cuna de oro y para poder salir adelante en la vida he trabajado desde muy joven en la institución».
Incluso, agregó que conocía personalmente a los jóvenes del centro Carlos Macera, y en especial a los más pequeños, «nos quieren mucho», afirmó.
Por otra parte, en cuanto a cómo sucedieron los hechos, el sargento detalló que «en términos generales y para no afectar la investigación, puedo señalar que fuimos a prestar ayuda y cooperación al SAMU y fuimos violentamente agredidos. Solo le puedo decir que llegamos en una actitud totalmente amistosa y que al momento de retirarnos un grupo de adolescentes comenzó a agredirnos de manera muy violenta con patadas, piedras y palos. De hecho, mi casco quedó partido en dos con la fuerza de golpes de palos que recibí. Y luego, cuando llegaron refuerzos, agredieron a otro compañero con tanta agresividad que le terminaron quebrando el brazo a palos».
Y agregó: «De todo lo que me ha pasado, lo más doloroso fue que dijeran que yo era un peligro para la sociedad. Yo no soy una mala persona y todos los que me conocen pueden dar fe de ello».
En tanto, valoró el apoyo de la institución y la visita del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez.
«Yo le agradecí mucho su visita y le pedí que siguiera apoyando a los carabineros, para que vuelvan a creer en la jefatura y que sepan que siempre con la verdad por delante tienen el apoyo incondicional de la institución. Nuestros jóvenes están desmotivados, tienen que volver a creer en la institución y sin carabineros en las calles, los que pierden son todos los ciudadanos», concluyó. CHH