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Carabinero que disparó en marcha estudiantil se querelló por homicidio frustrado

Los otros dos uniformados también se unieron a esta acción legal.

Luego de los incidentes ocurridos en la marcha estudiantil del pasado viernes 25 de marzo, el carabinero Leandro Quezada interpuso una querella por homicidio frustrado junto a dos compañeros.

Durante la realización de la movilización, el uniformado ejercía labores de control vehicular cuando fue atacado por un grupo de personas, terminando lesionado al igual que sus compañeros.

Para dispersar el ataque, Quezada utilizó su arma de servicio, disparó al suelo y parte de la bala alcanzó a un repartidor de comida de 19 años que se encontraba en el sector.

Tras confirmarse que el disparo fue en defensa propia y que el sujeto herido no era un estudiante, el carabinero interpuso esta querella por «homicidio frustrado a carabinero en ejercicio de sus funciones», en contra de quienes resulten responsables del ataque, según consigna La Tercera PM.

“Desde la plaza Benjamín Vicuña Mackenna, caminaron alrededor de 60 a 70 encapuchados, vestidos de uniforme escolar -pantalón gris y polerón negro-, quienes se ubicaron en el bandejón central, en donde permanecieron unos 10 minutos, para luego, y en forma sorpresiva, comenzar a correr hacia nosotros lanzándonos piedras y cualquier objeto que tuvieran a la mano», indica la querella.

Conforme a lo anterior, se señala que los sujetos comenzaron a rodearlo a él y a su compañero: «Me percato de que mi sargento (Patricio) Gómez quedó atrás, por lo que me di vuelta para buscarlo y un sujeto encapuchado me pegó un golpe de puño, al parecer con una manopla, en mi cabeza a un costado de mi ceja izquierda».

«Caí al suelo inmediatamente y comencé a cubrirme la cabeza con ambos brazos, ya que varios encapuchados se acercaron para propinar golpes de todo tipo«, detalla en la querella.

En ese momento, el uniformado logró ponerse de pie y se dio cuenta de que a su alrededor habían entre 10 a 15 personas «quienes me continuaban pegando y lanzando objetos, y momentos antes me habían quitado mi bastón retráctil».

«Por lo que ante el miedo de mi integridad física -continúa-, es que desenfundé mi arma de servicio, revólver, y efectué un solo disparo al suelo. Los individuos se alejan de mí y logro divisar a mi sargento Gómez ingresando a un edificio, al que también hago ingreso», en ese momento informó del hecho a Comando y Control, y solicitó el traslado al Hospital de Carabineros.

Otras agreciones

El sargento Patricio Gómez, quien también se vio afectado por la agresión y decidió unirse a esta querella, señaló que mientras los encapuchados se les acercaban comenzaron a correr hasta llegar a la calle Lira.

 Ahí “me dieron alcance, lanzándome contra la pared y recibiendo golpes con objetos contundentes, en donde yo solo trataba de protegerme, cubriendo mi cara y cuerpo», relata.

Fue en ese momento en el que se dio cuenta de que Quezada estaba siendo golpeado en el suelo y escuchó un disparo. “Los jóvenes comenzaron a dispersarse hacia el costado norte de la calzada«, dijo.

Aprovecharon esa instancia para avanzar y lograron refugiarse en las dependencias de la Universidad Católica, «mientras que la sargento (Carmen) Figueroa se encontraba refugiada en el interior de un almacén».

La uniformada confirmó el relato, añadiendo que, cuando Quezada cayó al suelo, los manifestantes «también le lanzaban piedras a él y a nosotros, mientras el sargento Gómez me gritaba ¡Carmencita, agáchate!’, por lo que me cubro con mis brazos, instantes en que alguien me tomó por la espalda y me jaló hacia un negocio, el que inmediatamente cerraron».

La querella también detalla las lesiones que sufrieron los tres policías: hematomas, equimosis, contusiones en brazos, dorsal y manos, entre otras. CHH

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