Sr Director:
Hace ya bastante tiempo que Chicureo se ha vuelto uno de los lugares ideales para vivir en la región Metropolitana principalmente por la tranquilidad que le otorga el vivir alejado de Santiago. Pero la verdad, creo esto se está acabando.
Hace ya dos meses, tomé la decisión personal de radicarme en la Gran Capital por motivos estudiantiles los días hábiles, lo cual me llevó un proceso de adaptación, ya que en Chicureo la máquina anda dos cambios más abajo que en Santiago, porque eso nos caracteriza. La motivación para escribir esto fue que todas las veces que volví al lugar donde crecí, del que en algún momento tuvimos que sacar las vacas de nuestra casa o ir a Santiago porque se nos olvidó comprar algo de la lista del supermercado, pude percibir que se nos perdía la esencia campestre que nos caracterizaba. En la Patagonia está el dicho popular que «quien se apura, pierde el tiempo». Acá deberíamos instaurar algo parecido. Estamos cayendo en el fenómeno santiaguino de comenzar a usar las bocinas, de estar apurados por llegar a nuestra casa o de querer tener todos los servicios cerca.
Como vecino de la zona hace más de 18 años, no quiero eso. No quiero que este barrio pierda los rasgos que lo caracterizan. No vengo con la solución a esto ni menos con intenciones de soltar insultos, solamente que no quiero que la anécdota que me cuentan mis padres de que Chicureo era totalmente campo y pastizal, se entierre bajo edificios, malls y rodeado de contaminación acústica.
Gracias.
Martín Basualdo Bosker
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