En 1944, Marcel Nadjari, judío griego, fue forzado a retirar los cuerpos de las cámaras de gas del campo de concentración Auschwitz, quien enterró una carta en el bosque cerca del centro donde revelaba terribles detalles de la vida en cautiverio.
El texto fue redescubierto en 1980, y su contenido permaneció desconocido hasta que se practicó sobre este una nueva técnica de imágenes, gracias a la cual el historiador ruso Pavel Polian pudo reconstruir la carta y leer lo que esta decía.
Tal como informan los medios alemanes Deutshche Welle y Spiegel, Marcel Nadjari escribió en la carta: “Nuestro trabajo consistía primero en recibirlos, la mayoría de ellos no sabían la razón…la gente que vi cuando su destino estaba sellado, les dije la verdad, y después de que estuvieran todos desnudos, acudían a la cámara de la muerte, donde los alemanes habían dispuesto tuberías en el techo para hacerles creer que estaban preparando el baño, con los látigos en sus manos, los alemanes los obligaron a acercarse cada vez más para que pudieran caber lo más posible, y entonces las puertas se sellaban herméticamente”.
“Después de media hora, abrimos las puertas (de la cámara de gas), y nuestro trabajo comenzaba. Llevamos los cadáveres de estas mujeres y niños inocentes al ascensor hasta la habitación con los hornos, donde eran quemados sin el uso de combustible, debido a la grasa que tenían”.
En el documento enterrado, el hombre relataba sobre su labor y sobre lo que vivía en el campo de concentración, indicando que “todos sufrimos cosas aquí que la mente humana no puede imaginar”. CH H