A una pena de 40 años de presidio perpetuo calificado fue sentenciado Miguel Espinoza, condenado por el delito de violación con homicidio de su sobrina, Ámbar, menor de un año y siete meses que falleció el 28 de abril de 2018.
La lectura de la sentencia se realizó durante la mañana de este miércoles en el Tribunal Oral en lo Penal de Los Andes, donde el pasado 5 de diciembre el sujeto fue declarado culpable.
Al respecto, el juez a cargo de la redacción del falló, Carlos Muñoz, señaló que “se optó por la pena más alta, como dice el fallo, básicamente por aquellas consideraciones que dicen relación con la extensión del mal causado, y que tienen que ver no solo con la afectación a lo que vivió la pequeña, sino también con aquellas circunstancias que dicen relación con lo que el hecho produjo en la familia, en el personal médico que la atendió, en la comunidad de Los Andes, y en general también en la sociedad que de alguna manera vivió un impacto que viene dado por la magnitud del suceso”.
En tanto, indicó que “creemos que con esto hemos dado término a un caso que de alguna forma nosotros, como tribunal, consideramos que ha sido emblemático. Y esperamos de alguna forma también haber contribuido con ello a hacer justicia”.
El tribunal determinó, con la evidencia incautada, que Ámbar fue víctima de constantes agresiones, como golpes en diferentes partes de su cuerpo y que eran visibles.
Junto con esto, se agregó que la evidencia recopilada dio cuenta de las diferentes acciones del sujeto tendientes al ocultamiento de tales hechos, donde incluso intervino su pareja.
Cabe recordar que Espinoza era el cuidador de Ámbar junto a su pareja, tía de la niña, quienes estaban a cargo de su custodia ante la imposibilidad de su madre para hacerlo. CHH