Un preocupante hallazgo hizo el científico español Juan Muñoz-Armanz en una publicación reciente de la revista Science of The Total Environment: una investigación de las ballenas en las costas del sur de Chile le reveló que muchos de los ejemplares contenían rastros de cuatro químicos, producto de la contaminación en el océano.
El Centro de Conservación Cetácea (CCC-Chile) tomó muestras de estos animales y, con ello, se desplegó un análisis enfocado en los contaminantes orgánicos persistentes (llamados POPs por las siglas en inglés), que fueron hallados por primera vez en ballenas azules de las costas sureñas del océano Pacífico, particularmente, en Chiloé.
El listado de los cuatro químicos detallados por Muñoz-Armans fueron: PCB (binéfilos policlorados), PBDE (polibromodifenil éteres), HCB (hexaclorobenceno o perclorobenceno) y DDT (dicloro difenil tricloroetano). 36 ballenas azuleas libres habrían presentado estos químicos dañinos.
Estos químicos, según el académico de la Universidad de Barcelona, serían utilizados como insecticidas o fungicidas (HCB Y DDT), como retardantes de llamas en plásticos y espumas (PBDE) y para la fabricación de transformaciones eléctricos (PCB).
Otros datos que arrojó el estudio fueron que las hembras tienden a presentar menos contaminantes en sus organismos, y que el 2013 fue el año más crítico en cuanto a intoxicaciones para estos mamíferos.
Investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas en Argentina y académicos de la Universidad Andrés Bello (Facultad de Ciencias de la Vida) también participaron en esta investigación realizada en el golfo del Corcovado, Región de Los Lagos, donde residen temporalmente las ballenas. CHH