Este miércoles, el comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez, presentó su renuncia tras realizar la cuenta pública durante la mañana.
La noticia se dio a conocer a pocos días de entregar el cargo y luego de conocerse que fue citado a declarar en calidad de imputado por la ministra en visita del caso «Milicogate», Romy Rutherford.
«Pese a contar con la presunción de inocencia, que goza todo ciudadano, pero que en la práctica aplica para algunos y no para todos, he decido presentar mi renuncia», dijo en la cuenta pública de la institución.
En ese sentido, Martínez reiteró su inocencia e hizo «presente que nunca he estado ni estaré por sobre la ley, pero tampoco corresponde que esté por debajo de la ley«.
Además, sostuvo que trabajará enérgicamente para demostrar que no está vinculado a las imputaciones que la magistrada le adjunta.
Martínez, agregó que al igual que todos miembros de las FF.AA. sujetos al código de Justicia Militar, «me deberé someter cuando corresponda a la jurisdicción de un sistema que no tiene ni entrega las debidas garantías procesales, como sí las tiene la mayoría de los chilenos, entre ellas el derecho a guardar silencio, a declarar con la asistencia de un a bogado y conocer los hechos por los cuales se les investiga y que son derechos básicos y universalmente reconocidos, a un sistema en donde quien investiga también condena, muy diferente a lo que pasa en la justicia civil, ya que quien condena es un tercero, ajeno a la defensa y la Fiscalía, que investiga y acusa”.
La citación de la magistrada para este jueves se da a solo seis días de la ceremonia de traspaso de mando en la institución castrense en la cual asumirá el cargo el general Javier Iturriaga. Dicho contexto habría sido uno de los motivos que llevaron a Martínez a dejar el cargo, ya que si Rutheford lo encontraba culpable sería el primer Comandante en Jefe en servicio activo en enfrentar un procesamiento judicial. CHH