En una larga jornada que finalizó pasadas las 22:00 horas, la Comisión de Trabajo del Senado aprobó de manera unánime la reforma de pensiones, despachando el proyecto a la Comisión de Hacienda.
Tras su aprobación, la segunda comisión se encargará de revisar el texto antes de ser votado en la Sala del Senado, instancia que posiblemente se desarrollará durante el jueves 23 de enero.
Sin embargo, antes de la votación, el Gobierno deberá presentar durante las sesiones programadas para martes y miércoles las cifras relacionadas con la sostenibilidad fiscal y el Fondo del Seguro Social que son parte de la propuesta.
Uno de los puntos más importantes del proyecto es el aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU), que pasará de $224.004 a $250.000 en un plazo de 30 meses de manera gradual, comenzando por las personas mayores de 82 años.
Asimismo, la reforma de pensiones incluye cambios en el sistema de inversión de los fondos previsionales y la creación de un seguro social, que implicará un aumento gradual de la cotización a cargo del empleador en un 7%, alcanzando un total del 8,5% al considerar el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS). Esto será implementado progresivamente en un plazo de nueve años.
El senador Juan Antonio Coloma (UDI) destacó la importancia de mantener el consenso alcanzado, mientras que la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, valoró el esfuerzo conjunto y la relevancia del proyecto para abordar el tema.
Además, se aprobó la transición de multifondos a fondos generacionales, un sistema centralizado de cobranza a cargo de la Tesorería, la autorización para que el Instituto de Previsión Social (IPS) administre cuentas de pensiones y se eliminó la posibilidad de que las AFP mantengan filiales en el extranjero, entre otras indicaciones.
