Este sábado, las autoridades confirmaron que se elevó a 11 la cantidad de detenidos por su presunta participación en el Caso Collipulli, en la Región de La Araucanía, en donde hubo un doble secuestro y un homicidio.
Según información preliminar, las dos víctimas -de las cuales una falleció y otra tiene lesiones graves- fueron secuestradas, torturadas con electricidad y golpeadas.
Cabe recordar que fue el 8 de junio cuando el familiar de uno de los sujetos puso una denuncia por presunta desgracia y, una semana después, uno de ellos logró escapar del recinto en donde estaba retenido y, posteriormente, se constató que tenía golpes de hacha, cortes en una de sus extremidades y fracturas en los dedos de los pies.
Tal como detalló El Mercurio, una de las hipótesis que maneja la Fiscalía es que el delito estaría vinculado con el hecho de que las víctimas habrían robado armas de fuego a los secuestradores, las que presuntamente estarían relacionadas con el homicidio del sargento Francisco Benavides, que ocurrió en mayo en la misma comuna, en donde el uniformado fue baleado en medio de una emboscada.
Ante esto, el nuevo director de la Policía de Investigaciones (PDI), Sergio Muñoz -quien asumió el cargo durante esta jornada-, aseguró que «se han puesto todos los medios disponibles en hacer una buena investigación y reunir toda la evidencia que sea necesaria para que se haga un buen proceso judicial. Estamos reorganizando a la gente, rediseñando algunas estrategias para poder combatir no solamente este caso, sino que toda la problemática que ocurre en el sur».
Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, comentó que uno de los puntos más relevantes es cuestionarse «por qué son tan importantes esas armas para esta organización, qué hay detrás de estas, qué historial tienen, porque aquí, lamentablemente, estamos ratificando una tesis que, como Gobierno, la hemos planteado en innumerables oportunidades y lo dijimos también cuando fue asesinado el sargento Benavides hace algunas semanas atrás: acá hay organizaciones criminales que se quieren ocultar bajo el paraguas de una causa que se ve empañada justamente por actos criminales ligados a armas, drogas y otros propósitos».
«Más allá de analizar este caso -que para eso hay una investigación- vale hacerse las preguntas: por qué es tan importante para esta organización estas armas, por qué hay gente dispuesta por estas armas a torturar, secuestrar y matar de la manera tan brutal como lo hicieron, no es casualidad el lugar, no es casualidad, tampoco, la temporalidad», enfatizó el titular de la cartera. CHH
