Irán prometió vengarse de Estados Unidos luego de que Donald Trump ordenara asesinar a Qassem Soleimani, líder del ejercito iraní.
La amenaza no tardó en concretarse. Durante la madrugada del miércoles 8 de enero, Irán atacó con misiles balísticos a dos bases iraquíes que albergan a soldados estadounidenses.
Al respecto, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó que el ataque fue «una bofetada en la cara» de Estados Unidos. Pese a ello, señaló que el bombardeo «no fue suficiente» para vengar la muerte de Soleimani.
Tras lo ocurrido, Donald Trump aclaró que el ataque no provocó nada grave. «Todos nuestros soldados están bien y solo sufrieron daños mínimos nuestras bases militares. Nuestras grandes fuerzas estadounidenses están preparadas para cualquier cosa», precisó Trump. Además, aseguró que «no se perdieron vidas estadounidenses o iraquíes». CHH