No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, dice el dicho popular, razón por la cual los diputados electos Pablo Vidal (RD) y Mario Desbordes (RN) llegaron hasta el tradicional Restaurante Pancho Causeo de Estación Central a garzonear por un día para pagar la apuesta que ambos perdieron entre sí tras las elecciones. Esto porque, a pesar de que ambos ganaron sus respectivas postulaciones por el Distrito 8, los dos perdieron en sus vaticinios en primera vuelta: Vidal apostó que Beatriz Sánchez avanzaba a segunda vuelta y Desbordes, por su parte, se la jugó en que Sebastián Piñera ganaba la elección Presidencial sin necesidad de ir al balotaje.
«Hacer esta apuesta y pagarla fue divertido, es parte de la convivencia cívica que la gente espera y que nos hacían el llamado en campaña a que defendamos nuestras ideas y proyectos. Con Mario (Desbordes) estamos en veredas distintas, soñamos un Chile que quizá tiene distintos caminos, pero que busca el bien común para las personas que viven en este país. Tenemos que tener la capacidad de construir acuerdos y el diálogo necesario, seguiremos adelante con la bancada del Frente Amplio con el programa de Beatriz Sánchez durante toda la gestión parlamentaria que nos corresponde, pero esperamos tener la capacidad de conversar cuando sea necesario por el bien de las personas», comentó Vidal atendiendo mesas y sirviendo perniles y arrollados con papas.
Por su parte, Desbordes manifestó que «durante la campaña con Pablo hicimos buenas migas en varios debates, por lo que acordamos entre broma y broma hacer esta apuesta y los dos perdimos, por eso estasmo acá, como acordamos. Los dos vamos a ser diputados y me alegro por lo que estoy seguro que vamos a tener una relación de mucho respeto y vamos a trabajar por la gente del distrito al margen del partido que cada uno tenga».
Respecto al escenario parlamentario actual, Vidal resaltó que «hoy tenemos la convicción que el Frente Amplio ha triunfado, hemos demostrado que el camino que le ofrecemos a Chile le hace sentido a las personas con campañas mucho más austeras y con mucho menos tiempo de preparación. Llegamos para quedarnos».
«Va a existir una competencia de respeto, Chile tuvo una tradición republicana durante muchos años, en donde había contendores y no enemigos, somos adversarios políticos y no enemigos, y por lo tanto va a haber diálogo, respeto, debate de ideas. Estoy convencido que los dos queremos lo mismo para Chile, sólo que la receta es distinta», finalizó Desbordes. CH H