Durante esta madrugada, tres personas fueron baleadas tras una nueva jornada de protestas en Kenosha, Winsconsin. Dos de ellas fallecieron y una se encuentra fuera de peligro, esto luego que un grupo de civiles armados atacara a algunos manifestantes.
Según informó el medio estadounidense The New York Times, el enfrentamiento entre los manifestantes y la policía se prolongó hasta horas de la mañana, luego que esta intentara disuadir con gases lacrimógenos y balas de goma a quienes se encontraban en las calles pese al toque de queda decretado por las autoridades. “El tiroteo resultó en dos muertes y una tercera víctima de bala fue trasladada a un hospital con heridas graves pero que no ponen en peligro la vida”, aseguraron desde el departamento de policía de Kenosha.
Los hechos ocurrieron en la tercera noche de protestas en la ciudad, luego de que el pasado domingo agentes de la policía efectuaran siete disparos al ciudadano afroamericano Jacob Blake, quien actualmente se encuentra con una parálisis de la cintura para abajo. La víctima se encuentra a la espera de nuevas operaciones que podrían revertir este estado. El abogado de la familia, Ben Crump, mencionó: “Está luchando por su vida y será necesario un milagro para que vuelva a caminar”.
La noche del lunes se produjeron saqueos e incendios a más de 30 edificios. Es por esto que el gobernador, Tony Evers, declaró estado de emergencia. “No podemos permitir que continúe el ciclo de racismo e injusticia sistémicos”, dijo Evers. “Tampoco podemos seguir por este camino de daño y destrucción”, agregó.
El Departamento de Justicia de Winsconsin se encuentra realizando investigaciones contra los policías que dispararon por la espalda a Blake, cuyas identidades aún no han sido reveladas. CHH