La mañana del viernes pasado, una mujer compró su desayuno en un local de la panadería Castaño ubicado en Avenida Vitacura. Unas láminas de queso y salame, pan y un jugo le darían las energías suficientes para el último día de la semana. Sin embargo ese paso por el local, le ha generado un gran dolor de cabeza que hasta hoy no termina.
Detalló Cecilia Anabalón que tras fallar la tecnología de toque y pago, la cajera hizo la transacción ingresando el plástico con chip, para el pago que sería de $1290. Sin embargo minutos después y a penas vio un mensaje que le envió su banco, revisó la boleta y se percató que el salame le había costado más de un millón de pesos, por lo que intentó solucionar el problema a través de atención al cliente de Castaño, lo cual no funcionó. Fue recién por redes sociales que pudo hacer contacto con la empresa quienes le dijeron se pondrían en contacto con ella.
Pese a haber transcurrido ya 3 días y que tres altos ejecutivos de la marca la han llamado, la mujer aun no tiene su dinero de vuelta.
«Ni me han preguntado por el impuesto de sobregiro, ni si tengo plata para vivir hasta el lunes. Súper poco empáticos», dijo Cecilia a Radio Bio Bío y agregó que durante este lunes «me contactó el gerente de operaciones, gerente de finanzas y jefa de servicio al cliente para hacerme la devolución. Aún no la hacen. Y entre hoy y mañana juntarnos para ver compensaciones y revisar qué fue lo que pasó».
