El viernes pasado, en medio del Amazonas brasileño y a metros del océano, aparecieron los restos de una ballena jorobada de casi 11 metros de largo.
El hallazgo fue en medio de árboles de la Playa Araruna, Isla Marajó, en la desembocadura del río Amazonas, por un grupo de funcionarios de la secretaría municipal ambiental de Brasil.
La pregunta de los expertos ha sido cómo la ballena, que se especula tiene alrededor de un año de vida, llegó hasta la isla. Varias otras organizaciones han llegado hasta el lugar para apoyar al grupo de funcionarios e investigar las posibles causas de esta situación.
La funcionaria del departamento municipal de medio ambiente, Dirlene Silva, constató que solo pudieron encontrar al mamífero gracias a las aves carroñeras que rondaban el lugar: «fueron vistos unos buitres dando vuelta cerca del cuerpo del animal que estaba escondido entre los árboles a cierta distancia del mar», señaló.
En tanto, la organización Bicho D’agua aseguró, a través de Facebook, que sus científicos sospechaban que la ballena jorobada hallada en el Amazonas podría haberse enredado en las plantas de la orilla del mar y después haber sido arrojada por olas gigantes.
Por otra parte, otra institución afirmó que el animal pudo haber fallecido por tragar grandes cantidades de plástico y haber sido arrastrado tierra adentro.
Según información de Daily Mail, Renata Emin, especialista en marina, indicó que aún no hay un dato certero que señale cómo el animal llegó a tierra, pero se cree que el cetáceo habría estado flotando cerca de la orilla, por tanto la marea lo podría haber arrojado hacia la selva amazónica.
«Junto con lo extraño que es encontrar a la ballena varada, también nos asombra que haya estado en la costa norte de Brasil durante febrero, algo que es inusual en estas fechas», aseguró Emin.
Tal como consigna Emol, las ballenas jorobadas son usualmente vistas en la costa este de Bahía, entre agosto y noviembre, para criar a sus hijos. Posteriormente, migran a la Antártica para alimentarse.
«Las jorobadas usualmente no viajan hacia el norte. Por lo que creemos que era una cría que viajaba junto a su madre pero que se perdió durante el ciclo migratorio», afirmaron los científicos, constatando que solo la autopsia podrá revelar la razón.
Los próximos pasos incluyen abrir el cuerpo, extraer muestras de parásitos y evidencia de los músculos, y luego enviarlo todo a un laboratorio para ser analizado.
El estado del cuerpo para análisis permanece incierto, pues no pueden especular cuánto tiempo lleva el animal muerto en el lugar. «Dependiendo del estado de descomposición en que esté la ballena, quizás alguna información ya está perdida», aseguró Emin.
El examen demorará alrededor de 10 días en ser completado, y hasta ahora no hay planes de remover a la ballena, por el tamaño y lugar donde se encuentra.
Solamente se extraerán restos para la investigación que se llevará a cabo en el Museo de Historia Natural. CHH