La miopía es una condición visual que ocurre cuando los rayos de luz no forman foco en la retina, provocando así visión borrosa al mirar objetos lejanos. Si bien es conocida hace mucho tiempo, actualmente ha vuelto a tomar importancia debido al aumento en las cifras de personas que la padecen.
Diversos estudios internacionales han determinado la proliferación acelerada de una nueva “epidemia miope”, que para 2050 afectará a la mitad de la humanidad, según indicó un informe de la Universidad de Houston en Estados Unidos.
José Pablo Pérez, experto óptico de Rodenstock, señala que si bien la genética es determinante, actualmente existen otros factores que han disparado el número de miopes. “Los asiáticos, por ejemplo, siempre han sido más propensos a tener esta condición, pero hoy se suman las altas exigencias educacionales y laborales que obligan a pasar más tiempo entre 4 paredes usando computadores y smartphones que demandan una visión a corta distancia”.
Para los entendidos, la principal preocupación son los niños, ya que son más propensos a generar esta condición de forma temprana y convertirse en adultos miopes. “Esta condición visual se desarrolla desde la niñez y hasta la adolescencia. Si a eso le sumamos que los menores cada día utilizan a más temprana edad estos dispositivos, las posibilidades de desarrollarla en el futuro se incrementan”.
Por su parte, la ONG española visión y Vida, afirma que uno de cada tres casos de escolares repitentes en Europa se debe a problemas de visión. “Generalmente niños en edad preescolar no saben relacional síntomas como el dolor de cabeza y vista borrosa con problemas oftamológicos, por lo que a veces se confunde con un bajo rendimiento escolar. Para no caer en errores, es clave realizar controles médicos ojalá a partir de los 4 años, sobretodo si hay antecedentes en la familia”, asegura el experto en Rodenstock.
Si bien la miopía no tiene cura, los lentes ópticos podrían ayudar a ralentizar el proceso de desarrollo de esta condición. “La importancia del uso de lentes radica principalmente en permitir un normal desarrollo visual del ojo en el caso de los niños, mientras que en los adultos hace que la capacidad visual no se vea afectada, concluye Pérez. CHH