Gabriela Alcaíno tenía 17 años cuando fue asesinada junto a su madre por su expololo, Fabián Cáceres Aravena, de 18 años. Tras un año de su muerte, el Gobierno ha establecido suma urgencia para aprobar la ley que llevará su nombre, cuyo principal propósito es modificar las tipificaciones relacionadas al delito de femicidio.
El caso de Gabriela fue considerado por la Justicia como un homicidio simple. Por ello, las autoridades han discutido la posibilidad de ampliar la calificación de femicidio, en situaciones donde el agresor no tiene un vínculo formal con la víctima.
Delitos de Sangre
Al respecto, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, aseguró: «(Esta ley) va a poner en su justa medida lo que significa la violencia contra las mujeres, que son delitos y no problemas de pareja. Son delitos de Sangre».
Asimismo, enfatizó: «Esperamos que el Congreso despache la ley en el corto plazo. Nuestra legislación necesita modernizarse, extender fronteras del femicidio para crímenes como el de Gabriela y su madre tengan además de la condena social, la pena que merece». CHH
