«Nosotros queremos que esas faltas (rayados y ocupación ilegal) pasen a ser delitos y tengan sanciones que sean más altas que las que la legislación establece, porque queremos tener ‘tolerancia cero’ frente a aquellas personas que se apropian de los lugares públicos y pongan en situación de riesgo de delitos mayores a los distintos barrios del país», manifestó el ministro.
Una de las ciudades más afectadas con este tipo de faltas es Valparaíso, desde donde valoran la iniciativa, ya que han tenido que invertir millonarias cifras para recuperar la identidad de los lugares públicos rayados y evitar ocupaciones ilegales. Para el Intendente de la Región, Jorge Martínez, las actuales sanciones no son un real castigo para los infractores.
«Se detuvo a más de 100 jóvenes (en los últimos años) que estaban rayando los muros de nuestros sitios patrimoniales y la gran mayoría de ellos no eran porteños, incluso era gente de Santiago. Acá la sanción por rayar, tras ser detenido, es la realización de un trabajo voluntario, que resulta ser un premio para ese joven», afirmó la autoridad.
Informaron desde el municipio de Valparaíso que no buscan eliminar a los «grafiteros», sino que incorporarlos en planes de la entidad, realizando educación cultural en la utilización de espacios públicos. CHH