Cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), fecha que fue establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el año 1988 y que es representado por un lazo de color rojo.
La finalidad de este día a nivel internacional es impulsar actividades de concientización sobre esta enfermedad alrededor de todo el mundo; poner fin al estigma y la discriminación de quienes viven con esta condición; y llevar a cabo campañas de apoyo y solidaridad para este grupo.
Es preciso recalcar que el sida es un estado avanzado de la infección que causa el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), que provoca la destrucción progresiva del sistema inmunitario. Por lo tanto, no todas las personas que tienen VIH llegan a desarrollar sida.
Este año 2021 se cumplen 40 años desde la detección del primer caso de la enfermedad, ya que el 5 de junio de 1981 se diagnosticó el primer paciente en Estados Unidos. Tres años más tarde, en 1984, se notificó en el Hospital Clínico de la Universidad Católica el primer caso en Chile.
En su informe anual, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) reveló que el año 2020 se registraron 680 mil muertes por sida y 1,5 millones de nuevos contagios de VIH. El documento señala que “las curvas de las infecciones por VIH y las muertes relacionadas con el sida no se están disminuyendo lo suficientemente rápido. Si no se aprovechan los avances logrados hasta el momento, daría como resultado 7,7 millones de muertes relacionadas con el sida durante esta década”
Este año la entidad ha puesto especial énfasis en cómo la desigualdad agrava las condiciones de esta enfermedad, apuntando a las medidas que deberían tomar los líderes políticos alrededor del mundo para erradicarla. Por eso, el lema de este año es: “Poner fin a las desigualdades. Poner fin al sida. Poner fin a las pandemias”.
“Sabemos cómo vencer al sida, sabemos cuáles son las desigualdades que obstaculizan el progreso y sabemos cómo abordarlas. Las políticas para abordar las desigualdades se pueden implementar, pero requieren que los líderes sean audaces”, enfatizó ONUSIDA. CHH
