La inclusión laboral es un tema cada vez más importante dentro de nuestra sociedad y Chicureo no se queda atrás en este sentido. Un programa piloto permitió que tres personas con discapacidad hoy puedan desarrollar su habilidades.
En noviembre de 2014, Iván Molina terapeuta ocupacional y Adolfo Rillon, crearon un proyecto que permitió a tres residentes del “Hogar Los Ceibos” de la Fundación Coanil de Colina (personas con discapacidad intelectual), entrar al mundo laboral de manera competitiva.
Desde aquella fecha, Juan Toro, María Ambiado y Clara Ibáñez, se desempeñan en labores de limpieza y mantención de jardines y plazas ubicadas en Chicureo y gracias a esta oportunidad se ha generado un cambio en sus vidas. Iván Molina, a cargo de esta iniciativa, explica “Lo interesante es la unión de la trascendencia, el proceso y el ejercicio de pasar de un `contexto institucionalizado´, a un trabajo que requiere exigencia y desempeño esperado dentro de una empresa”, diferenciándose de un `trabajo protegido´ entregado por otros programas. Agrega que “La iniciativa ha tenido buena recepción siendo una experiencia positiva por parte de quienes los han contratado”.
Los residentes Juan, María y Clara reciben su sueldo en una cuenta rut, lo que les permite suplir sus necesidades accediendo, de esta manera, a oportunidades que otros de sus compañeros del hogar no han tenido. “Aquí hay una grado distinto de inclusión, muy lejos de la caridad a la que ellos acostumbran. Se sienten valorados, satisfechos y personas útiles dentro de su comunidad, desarrollando de esta manera su independencia, mejorando su autoimagen, su salud y calidad de vida a través de la ocupación”, concluye Molina.