Este lunes, las autoridades indonesias decretaron alerta máxima en la isla de Bali, por lo que debieron evacuar a 100.000 personas amenazadas por el riesgo de erupción del volcán Agung, que lleva días rugiendo y liberando una humareda gris.
«Se subió el nivel de alerta por el volcán al máximo», declaró este lunes un alto responsable del centro nacional de vulcanología de Indonesia, Gede Suandika, quien agregó que «se han sentido temblores permanentes».
Cerca de 40.000 personas instaladas cerca del volcán, abandonaron sus viviendas y otras 60.000 tendrán que hacer lo mismo, según estimó la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.
«Hemos ampliado la zona de exclusión y el número de personas que serán evacuadas aumentará, pero todavía no tenemos las últimas cifras», había dicho previamente a la AFP Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de dicha agencia.
«Lo más importante es seguir nuestras instrucciones y mantener la calma», añadió.
