Desde este martes 15 de febrero, entra en rigor la obligación para los trabajadores italianos mayores de 50 años, de presentar un certificado sanitario reforzado de Covid-19, tras haberse vacunado o recuperado de la enfermedad. La falta de este documento puede dejar a más de 600 mil personas cesantes.
Las personas que sean sorprendidos en el trabajo sin el llamado pase verde reforzado se exponen a una multa de entre 600 y 1.500 euros ($1.365.297 aprox.) y también serán sancionados los responsables de sus empresas, con entre 400 y 1.000 euros ($910.198 aprox.).
Un trabajador de esta franja de edad que no presente el certificado será considerado en un primer momento ausente justificado y no percibirá el sueldo, pero podrá ser sancionado de empleo y sueldo si la ausencia se prolonga durante más de 4 días.
Por el momento, la obligación del certificado reforzado es válida hasta el próximo 15 de junio, día en el que el Gobierno está estudiando suprimir este documento obligatorio para otras actividades.
Los trabajadores de al menos 50 años son 8,8 millones en Italia y de esos, los empleados en el sector de la salud, las escuelas y la seguridad ya estaban obligados a estar vacunados.
Antes de que se aprobase la obligación, en el grupo de edad entre 50 y 59 años, había alrededor de un millón de habitantes que no estaban vacunados mientras que actualmente son 681.000, según medios locales.