Foto: Medio Los Andes
La justicia argentina marcó un precedente, ya que por primera vez declaró a una puma como un “animal no humano sujeto de derechos”. Este fallo le entrega protección judicial a “Lola Limón”, nombre de la felina, por ser reconocida como un “ser sintiente”.
Según señala el medio argentino Página 12, el ejemplar de 3 años vive en el Ecoparque de Palermo desde 2019, luego de ser rescatada de una vivienda de Mataderos donde la tenían como una mascota, siendo solo una cachorra de seis meses.
El fallo de el Juzgado Penal de Primera Instancia en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y De Faltas N°3 declara a Lola como “sujeto de derecho al animal no humano”, estableciéndose su “libertad total, libre de cualquier medida o restricción legal”, además de otorgarle «la custodia definitiva» a la Unidad de Proyectos Especiales (UPE) del Ecoparque.
“Se le otorga la custodia al Ecoparque no en carácter de cosa sino de sujeto de derecho”, señaló al medio citado el constitucionalista y especialista en derecho animal Andrés Gil Domínguez, agregando que se espera que “se la prepare a efectos de después poder recuperar su libertad de ser esto posible”.
Esta sentencia se da en el marco de una investigación de maltrato animal hacia Lima por parte del propietario de la vivienda donde fue encontrada, sin embargo, se desestimó la comisión de este delito y se continuó con acciones administrativas por la tenencia de la puma.
El fallo se establece el denominado “derecho animal”, el cual tiene como objetivo salvaguardar el respeto a la vida, la libertad y la dignidad de los seres sintientes no humanos conforme lo establecido por la Declaración Universal de los Derechos de los Animales de 1977.
Si bien, este es el primer caso de un felino, en Argentina hay precedentes de otros animales que fueron declarados como seres sintientes:
- La orangutana Sandra, que fue llevada al Center of Great Apes de Wachula de Estados Unidos.
- La chimpancé Cecilia, que pasa sus días en el Santuario Grandes Primates de Sorocaba en Brasil.
- La elefanta Mara, que ahora reside en el Santuario para Elefantes de Mato Grosso, también en Brasil.
CHH
