Un amplio operativo policial se ha desarrollado para encontrar a Emely Canales, niña de 11 años que fue secuestrada el pasado sábado en Licantén, en la provincia de Curicó.
A la investigación liderada por la Fiscalía, se han sumado Bomberos y más de 100 funcionarios de Carabineros y la Policía de Investigaciones.
Uno de los últimos antecedentes que se tuvo sobre el caso, fue un hallazgo de los familiares de la menor. Aseguraron encontrar pistas en un bosque que evidenciarían que la menor había estado ahí. Al parecer, su secuestrador improvisó un refugio para pasar la noche. “Se lo mostramos a la PDI y ellos hicieron los peritajes”, afirmó Cristián Canales, padre de la menor. Asimismo, añadió: “Encontramos fecas y orina fresca. Me imagino que deben ser de la niña. También había una botella con un poco de leche. Era un líquido entre leche y harina tostada”.
Ante el descubrimiento de la familia de la menor, el teniente coronel Aldo Berroni, prefecto de Curicó, aseguró: “Consideramos que todo esto es un sitio del suceso. El ideal es que no sea adulterado y lamentablemente ha venido tanta gente a cooperar que deja su rastro; dejan botellas y diferentes elementos que lo único que hacen es perjudicar la investigación”.
La policía instó a los civiles a participar de la búsqueda, pero con la precaución de no perjudicar la investigación del caso.
El principal sospechoso de la desaparición de Emily es José Navarro, hombre de 51 años apodado “El brujo” y que solía frecuentar la casa de la menor. La justicia confirmó que el hombre había cumplido una condena por abuso sexual. CHH
