El verano de 2025 en Chile destacó por una importante reactivación del turismo, con más de 2,5 millones de visitantes internacionales y entre 25 y 30 millones de viajes internos.
A diferencia de otras ocasiones, esta temporada estival marcó una transformación en las rutas y preferencias de los viajeros, combinando destinos tradicionales con nuevas alternativas.
El turismo internacional creció un 67%, con Argentina como el principal país emisor de visitantes, seguido de Brasil, Perú, Bolivia y Estados Unidos.
Aunque clásicos como Viña del Mar y La Serena mantuvieron su atractivo, lugares menos conocidos como Buchupureo en Ñuble y Olmué en la Región de Valparaíso ganaron popularidad entre quienes buscaban tranquilidad y contacto con la naturaleza.
“El crecimiento de estos destinos ‘ocultos’ responde a una tendencia creciente hacia el turismo de experiencias auténticas y en contacto con la naturaleza. Los viajeros buscan desconectarse y disfrutar de entornos menos masificados. Aquí la sustentabilidad juega un rol clave, ya que estos lugares destacan por su compromiso con el turismo responsable”, señaló el consultor estratégico de Turismo y Sostenibilidad de CGH Chile, Erik Samsing.
Según CGH Chile, el sur del país captó más del 54% de los turistas nacionales gracias a sus paisajes de montañas y lagos. El turismo de aventura creció un 20%, con Torres del Paine y la Carretera Austral como destinos destacados.
Paralelamente, Santiago y Viña del Mar experimentaron un alza en el turismo de compras, especialmente entre argentinos atraídos por precios más competitivos que en su territorio.
A pesar de que fenómenos naturales como marejadas e incendios forestales impactaron la actividad turística, no impidieron la masiva asistencia a eventos icónicos como el Festival de Viña del Mar y el Tapati Rapa Nui, reuniendo a más de 200.000 turistas.