Gracias a la inspección y certificación del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de la Región Metropolitana, más de 600 kilos de trufas chilenas han sido exportados a mercados internacionales como Francia, Estados Unidos, Hong Kong, España, Inglaterra, Alemania y Japón, principalmente.
La primera exportación de este hongo se realizó en 2017 a Alemania, transformando a Chile en el primer país sudamericano en exportar la trufa al exterior. Para el año 2050 la meta es controlar el 10% del mercado internacional.
Lorena Navarro, encargada regional de Agrícola, Forestal y Semilla de SAG RM, explicó que estos hongos “crecen la mayoría de las veces bajo la superficie del suelo, entre 10 a 15 cm de profundidad e incluso más, pero también pueden emerger”. En nuestro país principalmente se desarrollan en robles turcos y encinos en la zona centro-sur.
La trufa se forma en los meses de primavera, para en el verano crecer y luego madurar en los meses de invierno, lista para ser cosechada entre julio y agosto. El índice de madurez está determinado por su coloración negra intercalada con una pequeñas venosidades blancas, pero particularmente por el aroma que caracteriza a este producto.
Por su parte, el director regional del SAG Metropolitano, Jorge Hernández Real, recalcó la importancia de las labores de inspección de la entidad, ya que “velar por el envío de productos acorde a las normas fitosanitaria, no sólo es importante para la continuidad de las exportaciones, sino que también de nuestra imagen país”.
En gran parte de estos países las normas sanitarias vigentes son muy exigentes, donde además estos mercados reconocen la trufa como un producto gourmet. CHH
