Nuestro país tiene una alta tasa de enfermedades cardiovasculares, similar a la de países desarrollados, por lo que es necesario adoptar medidas preventivas que apunten a mejorar el estilo de vida de los chilenos. Como agravante, en nuestro país existe un alto grado de adicción a la nicotina, que se relaciona con hipertensión arterial.
En términos de alimentación, una de las medidas fundamentales es la disminución del uso de la sal, que en Chile es consumida de manera indiscriminada, generando una sobrecarga permanente al sistema cardiovascular y mayor riesgo de infarto. “Por otro lado, una dieta equilibrada debe aportar al menos un 20% de proteínas, 30% de grasa y entre un 50 a 55% de carbohidratos. Las dietas flash no están recomendadas, ya que muchas veces producen un efecto rebote”, indica la coordinadora del Programa de Salud Pública de la Universidad Central, Nelly Baeza.
La actividad física también debe ser constante. Así, el ejercicio “express” para bajar de peso sería ineficaz e incluso riesgoso, pues el corazón también es un músculo y debe adaptarse paulatinamente a los ejercicios.
Una cuota de recreación, asimismo, es necesaria para sobrellevar las implicancias que trae el ritmo de la vida urbana actual, con escasas horas de sueño, falta de tiempo y consumo de alcohol o tabaco. “Esto, porque el estrés afecta directamente al corazón, aumentando la probabilidad de un Síndrome Coronario Agudo (SCA)”, explica la especialista.
Para ello, es necesario buscar alternativas de esparcimiento sano, como realizar una rutina de ejercicios que signifique un relajo dentro del día, compartir con la familia y amigos, tener una actitud positiva, hacer una pausa durante el día y dormir bien. En suma, generar situaciones que mejoren la calidad de vida y mantengan a raya el estrés, para así evitar afecciones cardiovasculares. CH H
