Pese a que las autoridades tailandesas afirmaron que los niños rescatados de una cueva están en buen estado de salud, aún no pueden ser “tocados ni abrazados” por sus padres y familiares.
Para evitar infecciones, los médicos ordenaron que los niños no tengan contacto aún con sus parientes. Por ello, solo pueden verlos a través de una muralla de vidrio.
Thongchai Lertwilairattanapong, doctor a cargo de los menores, señaló que los niños sí pueden hablar con sus familiares, pero en una distancia establecida. “No abrazarse ni tocarse. Deben dejar una distancia de uno o dos metros de los pacientes hasta que se conozcan los resultados de sus análisis de sangre”, recalcó.
Asimismo, autoridades afirmaron que los niños se encuentran en buen estado de salud mental. Incluso, Narongsak Osatanakorn, gobernador de la provincia de Chiang Rai, señaló que los menores “dijeron que tenían hambre y que querían comer Khao y grapao”. CHH