El domingo en la noche, un nuevo caso de violencia y racismo impactó a la comunidad estadounidense, tal como sucedió tres meses atrás con el asesinato de George Floyd. En esta oportunidad, la víctima es Jacob Blake, un afroamericano de 29 años que viajaba en su camioneta con tres de sus hijos, a quien la policía le disparó injustamente.
Según testigos, el hombre transitaba por Kenosha, Wisconsin, y al ver que dos mujeres estaban peleando, descendió de su vehículo para intervenir. Al lugar llegaron los uniformados, quienes haciendo caso omiso a su versión de los hechos, intentaron retenerlo. Al ver que Blake se alejaba e intentaba regresar a su auto, uno de los oficiales le disparó siete veces en la espalda.
Inmediatamente, la víctima fue trasladada al Hospital de Froedtert en Milwaukee, en donde entró en estado crítico y fue operado. Actualmente, y según fuentes cercanas, está grave, pero estable.
Uno de los espectadores alcanzó a grabar la situación, video que rápidamente se hizo viral en redes sociales, lo que generó que millones de estadounidenses volvieran a salir a las calles a protestar en contra de la policía nacional, a quienes acusan de racistas y violentos. Ante esto, las autoridades decretaron toque de queda de emergencia en Wisconsin, con tal de contener las manifestaciones y evitar lo que sucedió a fines de mayo, cuando las protestas se concentraron en más de 30 ciudades.
Cabe destacar que los involucrados en el episodio ya fueron removidos de sus cargos y están siendo investigados por parte de la División de Investigación Criminal del Departamento de Justicia de la ciudad. CHH