Un cazador de 41 años, identificado como Sergey Grigoriyev, de Ozerskm, región de Chelyabinsk, en Rusia, fue presuntamente devorado por Vorchum (gruñón), un oso pardo al que crió desde que era cachorro y que tenía como mascota en una jaula en el jardín de su casa.
Medios locales dan cuenta de que la víctima del ataque había rescatado a dos crías de oso pardo, de las cuales una pudo regalar, sin embargo, la otra se la tuvo que quedar él en vista de que el único lugar donde ofrecían cuidarlo era un criadero de perros cazadores, en el que utilizaban cebos vivos para los entrenamientos.
Fue así como pasaron los meses y el hombre crió al animal como una mascota más, solo que lo mantenía encerrado en una jaula por seguridad. De hecho, anteriormente el animal lo atacó, por lo que le recomendaron no seguir teniéndolo, pero aún así el cazador no lo quiso dejar.
La policía de Rusia se enteró de lo ocurrido luego de que una vecina de Grigoriyev diera la alerta al percatarse que no lo veía hace unos días. Sus familiares tampoco tenían noticias de él y además el oso fue visto merodeando el sector.
Una vez adentro de la casa pudieron dar con los restos del cazador y de sus dos perros. «La jaula estaba abierta. El animal caminaba alrededor comportándose agresivamente», manifestó el detective Alexey Petrov al medio Daily Mail. «En el lugar encontramos los resto óseos de un hombre», agregó.
El animal fue sacrificado por los detectives, porque presentaba una amenaza para las personas que residen en la zona. CHH