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Palma Salamanca desde París: «La cultura comunista me tiene harto»

Afirmó que es una ideología intolerante y autoritaria

Desde Francia, país que lo acogió y le otorgó asilo político, pese a la insistencia de Chile por solicitar su extradición para que enfrentara los cargos por crímenes que se le imputan, Ricardo Palma Salamanca concedió su primera entrevista, la cual fue realizada por The Clinic.

El exfrentista acusado de ser el asesino directo de Jaime Guzmán y de participar en el secuestro de Cristián Edwards, entre otros delitos, señaló que con el paso de los años ha realizado un análisis sobre el comunismo, ideología política con la que alguna vez se sintió identificado.

«Con el tiempo, he responsabilizado mucho a mi medio familiar por su visión de las cosas del mundo y de la vida. Hubo una determinación por el tiempo histórico que nos tocó vivir y, por otra parte, una determinación familiar. Madre comunista, dos hermanas comunistas. Se almorzaba materialismo histórico y se cenaba materialismo dialéctico. Eso hoy me da un poco de molestia. No tuvieron la capacidad emotiva de enseñarme otros caminos posibles. Me hubiera gustado que me mostraran otro tipo de cuentos, otras literaturas», aseguró.

Asimismo, precisó: «Esa cosa cerrada y obtusa de los comunistas es muy dura (…) La cultura comunista me tiene harto: es ideológicamente intolerante y autoritaria».

De igual manera, agregó: «Muchos de quienes se sumaron a su causa, estaban movidos por buenos sentimientos, pero el partido los utilizó. Yo terminé con todo eso hace mucho tiempo. A una señora que se me acercó el otro día para invitarme a un panel, porque según ella yo debía dar mi visión y tal, entonces tuve que explicarle que quizás mi visión no les gustaría mucho. Los chilenos de aquí son bien comunistas y absorbentes. Me han acompañado y apoyado mucho, es cierto, y se los agradezco, les debo mucho, pero me agarraron de Patito Donald, de causa perdida y llorona. Después del 23, cuando me dieron la protección definitiva, nos fuimos a un bar para tomar algo. Eran muchos, y se pusieron a gritar consignas del Frente Patriótico. ¡Yo no lo podía creer! ¡Los pelos se me erizaban!”. CHH