Este miércoles, el Banco Central de Chile (BCCh) informó que la economía nacional se expandió un 7,2% durante el primer trimestre del 2022, en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El aumentó se vio impulsado, principalmente por el comercio y servicios personales, mientras que sectores como la minería, la actividad agropecuario-silvícola y la pesca retrocedieron, por lo que no tuvieron incidencia.
La variación presentado por el Producto Interno Bruto (PIB) fue de menos del medio punto que se esperaban desde los mercados. Además, el PIB desestacionalizado entre enero y marzo bajó 0,8%.
En ese comparativo hubo «una desaceleración de la demanda interna, liderada por la inversión en construcción y otras obras», lo que fue «compensado en parte por el consumo de gobierno y las exportaciones netas».
Tras un rebote histórico de este indicador económico del 11,7 % en 2021, la mayor expansión en cuatro décadas, la economía chilena da una señal de enfriamiento, registrando una inflación inédita desde la década de 1990.
En el primer trimestre de este 2022, la demanda interna aumentó un 13%, empujada por el consumo de los hogares. Por su parte, la formación bruta de capital fijo (inversión) tuvo una expansión de 8,8%, “incidida tanto por la inversión en maquinaria y equipo como por el componente de construcción y otras obras”, detalla el BCCh.
Sobre el comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones disminuyeron en un 1,4%, debido al bajo número de envíos frutícolas y de cobre al mundo.
Por el contrario, las importaciones aumentaron un 17,5%, destacando la llegada de maquinaria y equipo, combustibles y vestuario.
Además, el ingreso nacional bruto disponible real creció en un 9,6%, aumento mayor al observado en el PIB debido a una mejora en los términos de intercambio. En tanto, el ahorro bruto total ascendió a 27,4% del PIB en términos nominales. CHH
