La escena es esta: has caminado todo el día haciendo trámites y cuando pones la llave en la chapa de la puerta para entrara a tu casa, los zapatos ya están desabrochados y listos para ser lanzados lejos de tus pies.
Esa conducta se repite en miles de hogares, donde cada día, independiente de donde vengan, cuando llegan a sus casas las personas se sacan los zapatos.
Pero además de lograr un descanso efectivo para los pies, adoptar esta conducta es además favorable para la salud.
Así lo demuestra un estudio de la Universidad de Arizona, realizado el año pasado, donde se determina que gracias al calzado se pueden introducir más de 440 mil bacterias a nuestras casa por día.
El investigador a cargo del estudio, el doctor Charles Gerba, dijo al medio de Estados Unidos, Huffington Post que los zapatos son portadores de bacterias y restos fecales de animales, que provocan infecciones por E. Coli.
“Los zapatos pueden llevar las bacterias por largas distancias hasta casa después de haber sido contaminados”, aclara lo que puede generar problemas como diarrea, meningitis y otras infecciones sanguíneas.
Tal es la contaminación que pueden absorber, que de acuerdo al estudio incluso estaría a la par con la que se registra en el piso de un baño público. Por ello insiste que es necesario adoptar como costumbre retirarse los zapatos al ingresar a los hogares y reemplazarlos por pantuflas.