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Pueblo de Las Canteras, cerro Pan de Azúcar y cerro La Pedregosa fueron declarados Monumento Nacional

Ahora una superficie de 1.099.532 m² es protegida como monumento histórico y zona típica o pintoresca por el Estado.

El ministerio de Educación declaró Monumento Nacional en la categoría de Monumentos Históricos al «sector Cerro Pan de Azúcar» y al «sector Cerro La Pedregosa». En tanto fue declarado Monumento Nacional en categoría Zona Típica o Pintoresca al «Pueblo de Las Canteras» ubicado en la comuna de Colina en la Provincia de Chacabuco.

Según indica una publicación hecha en el diario oficial, «habiéndose efectuado un estudio de los antecedentes y de la historia del caso, se propuso por el Consejo de Monumentos Nacionales solicitar la declaración de dos áreas como monumentos históricos: una de 25,5 hectáreas del Cerro Pan de Azúcar y otra de 58,3 hectáreas del Cerro La Pedregosa y la declaración de la Zona Típica o Pintoresca correspondiente al Pueblo de las Canteras Que, en cuanto a la historia, los canteros de Colina son herederos de sus predecesores llegados en el marco de la conquista hispana en el siglo XVI y de los que durante los siguientes siglos van otorgando su identidad a la ciudad de Santiago. Que, los valores históricos y artísticos que sustentan y confluyen en la declaratoria para reconocer a los monumentos históricos sector del Cerro Pan de Azúcar y sector del Cerro La Pedregosa, así como el carácter ambiental y propio del Pueblo de las Canteras».

 

Estos son los argumentos para declarar a Las Canteras como Zona Típica o Pintoresca:

A. El origen del sitio son las transformaciones urbanas de Santiago implementadas por Vicuña Mackenna. El origen de las canteras de Colina data de fines del siglo XIX. En 1873 Vicuña Mackenna da inicio a la canalización del río Mapocho, generando una explotación masiva de las canteras del Cerro San Cristóbal. Un grupo de canteros emigraron al norte de Santiago, al Fundo Los Hornos de Colina de propiedad de la familia Vergara Montt, y hacia 1884 se instalaron a los pies del cerro Pan de Azúcar.

B. Este bien materializa una tradición de generaciones. Entre 1900 y 1917 se masificó el uso de la piedra, produciéndose una enorme cantidad de adoquines para las calles de Santiago. Los canteros se instalaron con sus familias, habitando y trabajando en el lugar hasta hoy. Las 600 familias que corresponden al 90% de la población de la localidad se consideran descendientes de los canteros originales. Se trata, más que de un lugar y una actividad, de una forma de vida de 125 años de historia.

C. Es fuente de la materia prima y el trabajo del adoquinado de calles de Santiago, y está asociado a su conservación. Se asocia también a la conservación de edificios históricos de Santiago. Es también fuente de materia prima y trabajo especializado para otras grandes obras públicas, y de bienes ornamentales. En relación al valor artístico, destaca la pericia en la extracción y el labrado de la piedra, la cual encuentra su expresión más característica en el proceso de elaboración del «adoquín», producto principal.

El escrito señala también la importancia que tiene Las Canteras, para la conservación de todas las calles adoquinadas, que por hoy son objeto de una creciente valoración. «Este oficio también materializa valor artístico en bienes de carácter ornamental (figuras decorativas, piezas para fuentes, pavimentos varios). Los canteros de Colina no sólo proveen piedra sino que además participan en restauraciones de nuestros inmuebles patrimoniales.

D. El sitio tiene carácter único y excepcional a nivel nacional. En palabras del Director Nacional del Sernageomin en 2009, «(…) representa una actividad única en su tipo en la Región Metropolitana y en el país, no obstante que el tipo de roca explotada existe en otros cerros cercanos (…). Tanto el desarrollo histórico de esta explotación como las características particulares de las faenas de extracción y procesamiento manual de la roca, así como de los productos factibles de obtener, permiten individualizarla y diferenciarla de cualquier otra explotación de rocas andesíticas y andesítico-basálticas, las que normalmente están orientadas a la producción de material chancado y molido para la obtención de áridos de construcción.».

E. Presenta singularidad en el contexto de nuestras ciudades contemporáneas. El poblado propiamente tal tiene valor en su relación con las canteras en explotación, entendido el sitio de manera integral, como lugar de realización de todas las fases de la actividad de la piedra: extracción, labrado, trabajo artesanal, oferta de los productos. La forma de vida de los canteros de Colina, que realizan todas esas actividades y son la amplia mayoría de los habitantes del pueblo, otorgan al sitio una notable singularidad desde el punto de vista de nuestra vida contemporánea en las grandes ciudades;

El área protegida de los monumentos históricos y zona típica o pintoresca de que trata este acto administrativo tiene una superficie total de 1.099.534 m². CHH