El banco Santander decidió no renovar el contrato que había firmado con Transbank el año 1997, para la operación de sus tarjetas de crédito y débito.
En la actualidad, la sociedad de apoyo al giro funciona afiliando comercios al sistema y procesando las operaciones cuando un cliente compra con tarjeta usando sus puntos de venta o POS, por lo que cobran una comisión por validar que el usuario tiene fondos en el banco para pagar el producto o servicio.
Con la emancipación del actual sistema de transacciones, Santander buscará ofrecer un servicio más personalizado y que no sea regulado ni guiado por las condiciones de uso de Transbank.
La separación es vista también como algo que aumentará la competencia y que generará nuevas oportunidades para la creación de servicios diferentes.
La decisión de Santander ocurre en medio de una acusación en contra de Transbank por cobros abusivos a los comercios afiliados, la que se está litigando en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. El TDLC ya ordenó que fijaran una nueva ratificación que no discrimine por categoría o rubros, sino que en base a las transacciones de cada comercio. CHH