A partir del 1 de mayo del próximo año, comenzará a regir el nuevo plan de descontaminación de Santiago, el cual incorpora medidas para poder reducir en un 60% las emisiones de material particular fino en diez años.
Una de las medidas “antiesmog” que ha causado más controversia es la nueva restricción vehicular que afectará a poco más de un millón de autos fabricados antes de septiembre de 2011, lo que equivale a un 58,4% del total del parque que circulan por la capital.
Con la restricción cerca de 219 mil autos al día no podrán transitar cada día, entre el 1 de mayo y el 31 de agosto de cada año.
Tras el impacto que generará la medida, el Gobierno anticipó un masivo recambio de automóviles más antiguos. En esta línea, el Ministerio de Medio Ambiente estima que entre el debut del plan 2017 y 2020, se espera que hasta 270 mil autos se recambien, lo que permitirá que los 1.080.444 autos modelo 2012 o inferior que circulan hoy se reduzcan hasta 814.885 en cuatro años.
El subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena expresó a El Mercurio que es “altamente improbable que se genere una masiva compra de segundos vehículos. En Chile ocurrió que el parque automotor sucio, sin convertido catalítico, se convirtió en otro dominado por catalíticos. Aquí hay un incentivo al recambio y es mayor, porque se parte de un parque extenso y tenemos una tasa de motorización mucho mayor que hace dos décadas”. CH H.
