Un lamentable robo a una peluquería se registró durante la madrugada de este viernes en Chicureo, en la comuna de Colina.
El local pertenece a Trinidad Roig de 60 años y se encuentra ubicado en Avenida Chicureo 533. Hasta allí llegó un número indeterminado de antisociales que, destruyendo las puertas, ingresaron y sustrajeron todas las herramientas de trabajo que se utilizan en la peluquería.
“Me dejaron los puros asientos”, se lamenta la mujer, añadiendo que “me robaron todo. El climazón, vaporizador, tres maletines de trabajo con todas sus herramientas, los secadores, planchas, maquinaria, los productos de tintura. Me dejaron sin nada”.
El robo fue avaluado en aproximadamente diez millones de pesos.
Trinidad se enteró de lo sucedido por parte de una de sus vecinas locatarias, quien al percatarse de la situación se comunicó inmediatamente con ella.
Según comenta a Chicureo Hoy, no es la primera vez que atraviesa por una situación como esta, ya que durante el estallido social de 2019 sufrió saqueos en su peluquería. “Primero me robaron todo el material de trabajo. A la semana siguiente quebraron los vidrios y me robaron la maquinaria”, detalla.
Luego, con la llegada de la pandemia, comenzó a trabajar a domicilio, pero una vez que regresó a atender en su local sufrió un tercer saqueo.
“Trabajo con mis dos hijas. Tengo doce nietos. Nosotros dependemos de esto”, indica Trinidad, agregando que para ella “este 2025 era el inicio de mi nuevo negocio, porque me demoré cinco años en recuperarlo”.
A pesar de que ha realizado las querellas correspondientes en cada ocasión, no ha obtenido ninguna respuesta por parte de las autoridades ni de la justicia. También sostiene que ha solicitado ayuda al municipio, pero que tampoco ha recibido algún tipo de ayuda.
“Son demasiadas las veces que me han robado. Yo quiero salir adelante y no me dejan”, expresa con tristeza.
Problemas de seguridad
El caso de Trinidad no es aislado. De acuerdo con su relato, varios negocios vecinos también han sido víctimas de la delincuencia durante los últimos meses. Además, el sector no cuenta con cámaras de seguridad, por lo que no hay registro de lo sucedido.
“[En la zona] No hay seguridad. A Carabineros o seguridad municipal yo nunca los veo”, manifiesta.
Volver a empezar
Aunque la desazón es mucha, Trinidad está dispuesta a continuar luchando por su peluquería y volver a empezar tras este nuevo infortunio.
Sin embargo, la pérdida en esta ocasión es demasiada y necesita ayuda de la comunidad para seguir adelante.
Quienes deseen colaborar pueden acercarse al local de Trinidad Roig con insumos, accesorios, herramientas o cualquier implemento relacionado al rubro de la peluquería para que ella y su familia puedan recuperarse lo antes posible de esta lamentable situación.
