Este lunes, diversos trabajadores de clubes nocturnos se reunieron en Passapoga -el clásico cabaret ubicado en Providencia- en donde solicitaron al Gobierno poder trabajar en horario de toque de queda, debido a la difícil crisis económica que atraviesa el rubro a raíz de la pandemia, razón por la cual han permanecido clausurados desde marzo del 2020.
«Se nos debe permitir trabajar de toque a toque como sucedía antes y bajar los aforos para la existencia de nuestros negocios. Mínimo, una persona por cada cinco metros cuadrados, una medida suficiente para poder funcionar», señaló el dueño del local y presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Nocturnos, de Turismo y Espectáculos (Anetur), Fernando Bórquez.
En este escenario, Bórquez destacó que el rubro no ha «recibido ayuda del Estado. Hay locales que tienen ventas de 70 millones y han recibido 4 millones de pesos de ayuda con los fondos Fogape. Aquí hay familias que viven de esto y que están en situación tremendamente precaria», sentenció.
«En Chile solamente se puede bailar -según autorizan las patentes de alcohol- desde las 19:00 horas, por tanto, con un toque de queda a las 10, tenemos dos horas para hacer nuestra actividad», agregó el dueño, remarcando que la «posible quiebra de un local como el Passapoga es la posible quiebra de toda la industria».
«Más del 50% de los locales ya han tenido que bajar su cortina y seguimos olvidados. Hay un decreto supremo que prohíbe el funcionamiento de las discoteques y también prohibía los gimnasios, los cines, pero esos han sido incorporados a los procesos de apertura y nosotros seguimos cerrados», criticó el empresario. CHH