A raíz de diversos proyectos de ley, como el chileno, en que se busca obligar a los sacerdotes a colaborar en causas de abusos sexuales con la información que sea obtenida a través de la confesión, el Vaticano ratificó su postura que es defender la inviolabilidad del secreto de confesión.
La Penitenciaría Apostólica de Roma indicó en una nota que no hay excepciones «ni en el ámbito eclesial ni mucho menos en el civil» a la confesión, ya que «proviene directamente del derecho divino revelado», agregando que «está arraigado en la naturaleza misma de la Santa Cena».
El comunicado, firmado por el penitenciario mayor, cardenal Mauro Piacenza y que fue apoyado por el papa Francisco, sostiene que «la esencia del cristianismo y de la Iglesia está encerrada en el sacramento de la Reconciliación (…) El confesor, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, nunca está autorizado, por ningún motivo, a traicionar al penitente con palabras o de ninguna otra manera».
Por último, concluyen que al invocar la información «de la opinión pública como último tribunal, con demasiada frecuencia se da a conocer información de todo tipo, también en relación con las esferas más privadas y confidenciales». CHH
