Daniel Aguilar aún está impactado. El buzo dedicado a la extracción de salmones tenía un viaje fijado a la localidad de Ayacara, al que no pudo asistir. Según comentó, horas antes, su jefa le informó que su puesto en la avioneta que saldría desde el aeródromo La Paloma de Puerto Montt había sido ocupado. Con la llamada de una amiga se enteró que la nave se había estrellado contra una casa.
“Tenía vuelo a Ayacara, a la misma hora y en la misma línea. Debía ir yo ahí, en esa avioneta. Pero Dios cambió mi vuelo”, escribió Daniel en su cuenta de Facebook cuando se enteró del accidente.
Pese a manifestar su alegría y agradecimiento a Dios, el hombre que no pudo abordar el avión debido a un problema de capacidad de la máquina, lamentó el fallecimiento de los 6 tripulantes. Uno de ellos era un amigo cercano. Otros dos eran compañeros de trabajo.
“Siento un tremendo nudo en mi corazón, ni siquiera puedo hablar”, afirmó en su red social. CHH
