La historia de la rotonda de Piedra Roja es larga y compleja, al igual que los kilométricos tacos a los que cada mañana y tarde, sobre todo en el periodo de marzo a diciembre inclusive, se ven enfrentados los vecinos de Chicureo, en las horas punta.
Pero la caótica situación vial del sector no fue siempre así. Al principio de los años 2000, Chicureo y Piedra Roja no contaban con la cantidad de habitantes de hoy, por lo que el flujo vehicular no representaba un mayor problema. Sin embargo, con el desarrollo urbano en la zona, la instalación de numerosos condominios y de locales comerciales, el parque automotriz aumentó drásticamente, por lo que a principios de 2003 partió la construcción de la rotonda, la que según el registro de Google Earth, comenzó a funcionar en el 2004.
Así, a medida que el sector crecía, la congestión vehicular también lo hacía. Es que se trata de un punto neurálgico: al alto tráfico en la intersección de Avda. Chicureo y Avda. del Valle, se suma la rotonda de Chamisero a sólo 4 kilómetros de distancia (la que no se queda atrás en temas de congestión, teniendo que ampliar una pista el 2016, buscando una manera de mitigar el impacto tras la instalación de dos nuevos colegios en sus cercanías), creando un eje de alta congestión en la zona.
Para mayo de 2017, la situación en Piedra Roja, era insostenible. Los embotellamientos eran pan de cada día y los habitantes comenzaron a exigir soluciones. Pero el remedio fue peor que la enfermedad.
Los semáforos en el 2017
Lo que parecía ser la respuesta al problema rápidamente quedó al descubierto que no lo era. Luego de diversos análisis, se determinó que poner semáforos ayudaría a hacer más expedito el paso por la rotonda, no obstante, esto desató una nueva crisis.
El viernes 3 de noviembre de 2017 a las 15:00 horas comenzaron a funcionar los semáforos de la rotonda de Piedra Roja y los ubicados frente al Mall Vivo (actualmente Espacio Urbano La Laguna). Sin embargo, la iniciativa fue un fracaso rotundo: el lunes 6, en la hora punta de la mañana, se desató un caos de proporciones épicas. El administrador municipal de entonces, Carlos Morales, junto a personal de la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT) fueron meros espectadores del taco descomunal que se extendió a lo largo de Av. Chicureo y Av. Del Valle.
Esa misma mañana, con apenas un par de horas de funcionamiento, el entonces alcalde de Colina, Mario Olavarría, solicitó apagar los semáforos. “Vecinos, solicité apagar los semáforos, lo que agilizó el tránsito inmediatamente, y pedí reunión con seremi para reevaluar medida”, escribió el exedil a través de su cuenta de Twitter (Actual X).
Semanas después, Olavarría explicó a Chicureo Hoy que existía “un error en los estudios, pues no incorporaba ciertos flujos que venían por la calle José Rabat, por lo que se iban a seguir produciendo los tacos con el semáforo”, agregando que “los expertos del tema que lo aprobaron siguen insistiendo en que es una buena solución, pero yo espero que se den cuenta que no es así”.
Y así fue. Durante los meses siguientes, los semáforos fueron encendidos y apagados varias veces, hasta que finalmente, en agosto de 2018 el alcalde anunció que los semáforos no volverían a funcionar y que, debido al costo monetario de los aparatos, serían trasladados a otros puntos de la comuna.
UOCT en el 2018
Por su parte, la UOCT también salió al paso para exponer lo que ocurría. En marzo de 2018, mediante un comunicado, Víctor Zúñiga, ingeniero de Estudios de la unidad, señaló que la rotonda de Piedra Roja estaba pronta a colapsar y, por ende, no era factible aumentar el flujo vehicular en la zona.
“El arco sólo tiene capacidad de 1350 vehículos por hora, por lo que no es necesario aumentar en 1000 vehículos para colapsar el arco, con solo 200 vehículos más se logra”, aclaró el experto. Advirtiendo que para “cualquier proyecto que incremente la demanda, deberá generar una obra vial de dicha envergadura o sino las demoras crecerán exponencialmente”.
Así, meses más tarde, en febrero de 2019, los semáforos fueron finalmente retirados.
Camino Las Brisas
Para principios de 2018 se sumó un nuevo componente a la problemática vial de Piedra Roja: la construcción de un camino cuyo objetivo era conectar el condominio Brisas de Chicureo con Avda. Del Valle en apenas cinco minutos. Y, aunque esto era una excelente noticia para los vecinos de Las Brisas, inmediatamente surgió la duda sobre cómo esto afectaría la congestión del sector.
“La rotonda no aguanta ningún flujo adicional, porque estamos al borde de la capacidad máxima”, señaló en ese instante, el presidente de la JJVV de Piedra Roja de la época, Luis Díaz.
Así, se integraron todos los actores del conflicto: por una parte, el municipio de Colina; por otra, las inmobiliarias Manquehue (a cargo del proyecto Piedra Roja), FFV (Brisas de Chicureo), y la Junta de Vecinos de Piedra Roja.
A pesar de las controversias, el camino Las Brisas inició su operación el 13 de diciembre de 2019. No obstante, la ruta de 3 kilómetros provocó lo que ya se temía: más congestión.
Una nueva solución
Ante el fracaso de los semáforos, se comenzaron a barajar nuevas alternativas para agilizar el tránsito de Chicureo. Para encontrar una solución definitiva, los entes involucrados dispusieron importantes sumas de dinero y crearon una corporación para «resolver el problema».
De esta forma, surgieron distintas ideas, como la construcción de un paso superior, elevando Av. del Valle para que el movimiento por Av. Chicureo -en un paso bajo nivel- fuese más fluido, o convertir la rotonda en un cruce tradicional.
Sin embargo, dichas medidas fueron desechadas y en su lugar se optó por agregar una tercera pista segregada a la rotonda, la que se comenzó a materializar en septiembre de 2021 y estuvo concretada al año siguiente.
A mediados del 2023 desde la inmobiliaria presentaron a la municipalidad de Colina un nuevo proyecto que vería la luz este 2024, pero según indicó la alcaldesa, Isabel Valenzuela, a la prensa nacional, estaría en manos del MOP, sin embargo la inmobiliaria a la fecha no habría presentado formalmente el proyecto a la comunidad.
Pero esto tampoco resolvió el problema
A fines de 2023, 20 años después de su creación, la rotonda de Piedra Roja sigue provocando un altísimo nivel de congestión, el cual se espera que siga aumentando, al considerar que el proyecto Piedra Roja, a cargo de inmobiliaria Manquehue, sólo alcanza hasta el momento el 29% de su desarrollo total y que la Zoduc completa considera 14.376 viviendas (actualmente las viviendas construídas, con salida a la rotonda, no llegarían a las 5.500).
A esto, se debe sumar el rechazo por parte del Concejo Municipal a la regulación de altura del plan regulador comunal, lo que permitiría la construcción de edificios, en estos momentos, sin limite de altura y que podría significar un alza en el número de habitantes en la zona, si esto no se limita prontamente con un nuevo acuerdo para su modificación.
¿Qué ocurrirá cuando se triplique el número de habitantes de Chicureo? ¿Cómo se resolverá el enorme conflicto vial? De momento, estas son interrogantes sin respuesta, y la situación del eterno taco de Piedra Roja sigue siendo un problema sin resolver.
Registro del pasado 15 de noviembre, que se viralizó a nivel nacional.
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