Tras la segunda jornada de formalización, el 7° Juzgado de Garantía de Santiago determinó la medida cautelar de prisión preventiva para el exsubsecretario del Interior Manuel Monsalve, acusado de los delitos de abuso sexual y violación.
Durante la formalización, que se desarrolló por más de 14 horas, la defensa y la Fiscalía expusieron sus puntos detalladamente, hasta que cerca de las 20:00 horas comenzaron las réplicas de parte del fiscal Xavier Armendáriz y de la abogada querellante, María Elena Santibáñez, contra los abogados del imputado.
Sin embargo, uno de los hechos que marcó la audiencia sucedió cerca de las 23:00 horas, cuando el exsubsecretario sufrió una descompensación mientras el juez Mario Cayul exponía la resolución. Ante la situación, se le suministró un vaso de agua y alimentos, tras la petición de la exautoridad de no suspender la sesión.
Como era de esperar, la defensa de Manuel Monsalve sostuvo que apelará a la medida. Lino Disi, uno de sus abogados, manifestó que la determinación “es una resolución injusta que no logró entender los argumentos que planteamos para efectos de desvirtuar las imputaciones”, añadiendo que “por supuesto que vamos a apelar. Es lo que corresponde para revertir esta decisión que consideramos arbitraria”.
Cabe recordar que la audiencia se desarrolló de manera privada, sin ser transmitida a través del canal del Poder Judicial, y que únicamente se permitió su difusión pública al momento de la resolución, que comenzó pasado las 22:00 horas y se extendió hasta la medianoche.
Argumentos del juez
Aunque la defensa del imputado intentó argumentar que no existían motivos para la medida cautelar, el juez Mario Cayul desestimó sus argumentos y determinó que Monsalve quede privado de libertad mientras se desarrolla la investigación, para la que estableció un plazo de cuatro meses, y su ingreso inmediato a una cárcel pública.
De acuerdo con lo expuesto por el magistrado, los antecedentes presentados durante la jornada “permiten presumir fundadamente que el imputado realizó actos de significación sexual y relevancia con contacto corporal en contra de la víctima, aprovechándose de que estaba incapacitada para oponerse, atendido el estado psicológico en que se encontraba, según la víctima, en estado de shock”.
En ese sentido, agregó que “el imputado claramente habría actuado con dolo directo. Vale decir, conociendo y queriendo realizar las acciones típicas y antijurídicas”.
Del mismo modo, Cayul calificó las imputaciones de violación y abuso sexual como graves, detallando que las penas de estos delitos van entre 5 y 15 años, y de 3 a 5 años de presidio respectivamente.
“El daño puede ser considerado efímero, como ocurre con las sensaciones de miedo, ira, desconcierto, o bien duradero, como lo son ciertas secuelas psicológicas permanentes. La magnitud del daño se expresa sobre todo en el sentimiento de culpabilidad, que es mucho más intenso que en otras formas de agresiones”, indicó.
Acto seguido, añadió que “es frecuente incluso la ideación suicida y la seriedad de los problemas sexuales que la víctima normalmente experimenta en su vida futura”.
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