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Este lunes, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó un informe que demuestra que la violencia contra los niños en Siria llegó a su peor nivel en 2016.
“Los casos verificados de crímenes, mutilaciones y reclutamiento de niños aumentaron significativamente” en el curso de este mismo año, indicó Unicef en un comunicado.
El director de Unicef para Oriente Medio y el norte de África, Geert Cappelaere señaló que “el grado de sufrimiento no tiene precedentes. Cada día, millones de niños son atacados en Siria. Sus vidas están completamente trastocadas”.
Además, agregó que “cada niño está marcado de por vida, con consecuencias terribles en su salud, su bienestar y su futuro”.
Al menos 652 menores murieron, es decir, un 20% en comparación con 2015, según señala Unicef. Esto hace que el 2016 sea “el peor año para los niños en Siria desde que comenzara la verificación formal de los incidentes en 2014, señaló Cappelaere.
Junto a lo anterior, más de 850 niños fueron reclutados para combatir en el conflicto, más del doble del número registrado en 2015.
Según Cappelaere, algunos de ellos cumplen funciones “extremas” como “escudos, kamikazes o guardias de prisiones”.
La guerra ha dejado más de 310.000 muertos y ha obligado a más de la mitad de la población a huir de sus hogares.
“Cerca de 6 millones de niños dependen ahora de asistencia humanitaria” y “más de 2,3 millones están actualmente refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Irak”, aseguró Unicef.
En tanto, según el organismo de la ONU, 280 mil niños viven en los sectores asediados, sin acceso a comida o medicamentos.